El sexto día, Dios tomó tierra y con ella hizo a los mamíferos; vacas, leones, monos, tigres, venados y todos aquellos animales que siendo pequeños se alimentan de la leche de sus madres.
Aunque creó a todos los animales entre el quinto y el sexto día, algunos animales cambiaron después. Por ejemplo, el gato y el ratón eran amigos en un principio, hasta que llegó el ratón con Dios y le dijo:
-El gato y yo somos iguales, pero no tenemos que comer.
Dios se dio cuenta de lo que estaba planeando el ratón:
-Estás planeando algo malvado contra el gato- dijo Dios- estabas tratando de convencerme de hacerte más fuerte que el gato para que te lo pudieras comer. Como castigo el gato va a ser más fuerte que tú y te va a comer a ti.
-¿Qué hice mal?- Preguntó el ratón.
- Debiste haber aprendido del ejemplo de la luna: trató de provocar que algo malo le pasara al sol y, como resultado, en lugar de que el sol quedara siendo el más pequeño ella resultó ser la menor. Ahora que tú planeaste devorar al gato, serás tú el devorado.
El ratón se enojó tanto al escuchar esto, que mordió fuerte al gato. El gato enojadísimo por la mordida se comió al ratón. Desde entonces, los ratones tienen tanto miedo de los gatos que se esconden cada vez que se encuentran a uno de ellos.
El perro y el gato eran también buenos amigos y después se pelearon. Pero esto sucedió tiempo después, así que esta historia la conocerás más tarde.
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