Este mismo día creó también a las plantas. Las primeras plantas fueron los cedros del Líbano y otros árboles enormes. Los árboles se volvieron presumidos; creían que eran más importantes que todas las demás plantas por haber sido hechas primero. “Somos más importantes que ustedes, somos más importantes que ustedes”, les decían. Entonces Dios creó el hierro, con el cual se pueden hacer las hachas y los serruchos para que los árboles pudieran ser cortados algún día. Los árboles se pusieron entonces a llorar. Dios les preguntó:
-¿Porqué lloran?
Y los árboles respondieron:
-Porque acabas de crear el hierro, con el cual harán hachas y nos cortarán en el futuro. Hasta ahora creíamos que éramos lo más importante, ahora vemos que no servimos para nada y el hierro nos podrá destruir.
-Sí son importantes- les dijo Dios- Su madera va a servir para muchas cosas, y hasta para cortar los árboles el hierro va a necesitar de su ayuda, porque el mango de las hachas estará hecho de madera.
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