Dios disfrutaba de todas las cosas que hizo, de las plantas, los animales, las estrellas, los mares y todo lo demás. Cada una de estas cosas, por su parte, cantaba canciones a Dios; las plantas al crecer y al moverse con el viento, los mares con el sonido de las olas y los animales con sus sonidos y movimientos. El mundo era precioso y Dios lo dejó preparado para Adam, el humano, que fue lo último que creó.
Los cuentos que incluyo en este blog aparecen esparcidos entre los libros de la tradición oral judía y tienen como base el relato del pentateuco. Según Maimónides, estas historias ("midrashim", en hebreo), no deben ser entendidas en un sentido literal, y sin embargo, son verdaderas en el sentido de que en ellas se reflejan normas fundamentales de la vida o del cosmos.Los cuentos completos aparecen en el libro "Midrashim: antiguas historias sobre el origen del mundo y el pueblo de Israel".
jueves, 8 de marzo de 2012
El humano
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